Hacer proyectos es como cocinar, para cocinar necesitamos
una receta, utensilios, fogón, ingredientes, entre otras cosas. Sin embargo más
de uno de ustedes habrá tratado de hacer una comida siguiendo al pie de la
letra una receta que heredaron de su abuela, que les suministro una vecina, que
leyeron en un libro de cocina escrito por un afamado chef o que vieron a través
del canal de cocina gourmet.
Al tratar de emular la preparación de ese exquisito
plato no vamos a conseguir con las siguientes instrucciones.
“Agregar una pizca de sal”“Salpimentar al gusto”“Remover hasta espesar”
Y nos preguntamos, ¿Cuánto pesa una
pizca de sal?, ¿Salpimentamos al gusto de quien?, ¿Espesar hasta que
viscosidad?
Nos daremos cuenta con la
práctica de la cocina que esa pizca de sal, el salpimentar o el grado de viscosidad
lo lograremos con la experiencia que nos dé el cocinar o con los consejos que
algún compañero de aventuras culinarias nos ofrezca.
Igual sucede con los proyectos, existe una receta, las
buenas prácticas de gestión de proyectos, que garantizan la elaboración de un
proyecto que cumpla con los más altos requerimientos, recogidas; compiladas;
editadas y publicadas de innumerables formas. Pero no es suficiente tener de
libro de cabecera un buen libro o manual de gestión de proyectos, si eso no
viene acompañada con la práctica de esos conceptos y conocimientos.
La experiencia es una combinación de educación formal;
cursos; seminarios; talleres; que nos enseñan el saber y el saber
hacer, y la educación informal que no es otra cosa que practicar el hacer.
Un adagio de la
cocina gourmet dice
“El mejor Chef hace la mejor comida utilizando los mejores ingredientes, pero un buen cocinero hace un buen plato con los ingredientes que consiga en la despensa”.
De tal manera que en muchas ocasiones, más de las que
desearíamos, no vamos a contar con todos los ingredientes o utensilios;
dispondremos de poco personal; ese personal no será el más idóneo; las
herramientas computacionales no serán la última generación; tendremos problemas
de disponibilidad de equipos de construcción y pare de contar. En todo caso
debemos construir un proyecto que satisfaga los altos requerimientos
balanceando adecuadamente los objetivos del mismo.