domingo, 30 de julio de 2023

La recuperación del Lago de Maracaibo

El pasado 24 de julio del 2023 durante su discurso con motivo de los 200 años de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, anunció un “plan especial” para descontaminar el Lago de Maracaibo.

Ante este anuncio, me parece oportuno exponer algunas ideas desde la óptica de la Gerencia de Proyectos, que pudieran considerarse por quienes tendrán la responsabilidad de elaborar dicho “plan especial”.

Lo primero que hay que destacar es que las fuentes de contaminación del lago de Maracaibo son múltiples. Sin embargo, hay un consenso general que las cuatro principales fuentes son: la actividad petrolera, los asentamientos humanos, el dragado del canal de navegación y la actividad agropecuaria en su cuenca. Sobre cuál de ellos es más contaminante, no hay acuerdo entre los especialista ambientales, entre los cuales no me incluyo.

Analicemos brevemente cada uno de las mencionadas fuentes para establecer un marco de referencia al momento de definir los diversos proyectos a acometer.

a)    La actividad petrolera ha sido durante sin lugar a dudas un impulsor del desarrollo no solo de la región, sino de todo el país, pero ha dejado una deuda ambiental incalculable en el ecosistema lacustre. Desde la promulgación de la “Ley Penal del Ambiente” en el 2012 la industria petrolera venezolana no ha adecuado sus instalaciones a lo previsto en dicha ley y especialmente los establecido “Decreto Nº 883 - Normas para la Clasificación y el Control de la Calidad de los Cuerpos de Agua y Vertidos o Efluentes Líquidos

Igualmente la deuda se extiende a la inmensa cantidad de instalaciones abandonadas (lanchas, gabarras, estaciones de flujo y especialmente tuberías de transporte de hidrocarburos ya fuera de servicio).

b)    Los asentamientos humanos alrededor de la cuenca del lago de Maracaibo que se estima entre 5 y 6 millones de personas producen una carga de desechos humanos que en su mayoría se descargan al lago sin ningún tipo de tratamiento. Las plantas de tratamiento de aguas servidas del sistema de saneamiento de la cuenca del lago de Maracaibo; Planta “Sur” ubicada en el municipio San Francisco con capacidad de tratar 2.000 litros/segundo de aguas servidas, la Planta de Reusó de Aguas Servidas (RAS) ubicada en la península Ana María Campos del municipio Miranda con capacidad de tratamiento de 1.300 litros/segundo, la Planta “Punta Gorda” ubicada en el sector Punta Gorda del Municipio Cabimas con capacidad de 1.100 litros/segundo y la Planta “Ciudad Ojeda” ubicada en el Municipio Lagunillas con capacidad de 800 litros/segundo, todas en el estado Zulia, para un gran total de 5.200 litros/segundo se encuentran fuera de servicio desde hace más de 10 años, en algunos casos inclusive totalmente desmanteladas con pocas posibilidades de recuperación.

c)    El dragado del canal de navegación que se inició durante el auge de la explotación petrolera, luego de la primera guerra mundial, a fin de permitir la navegación de buques petroleros de gran calado y que ha servido durante todos esos años para la entrada al lago del agua salada del golfo de Venezuela. Este fenómeno se conoce como la “cuña salina”. La entrada de agua salada al lago de Maracaibo no solo ha cambiado la salinidad de este cuerpo de agua, sino que también ha salinizado las aguas subterráneas de la cuenca.

d)    La actividad agropecuaria en la cuenca que incluye a los estados venezolanos Táchira, Mérida, Trujillo, Zulia y los departamentos colombianos que descargan en los ríos Catatumbo y Zulia. Esta actividad descarga en los ríos una cantidad inmensa de fertilizantes, pesticidas, herbicidas, estiércol animal y otros agroquímicos ricos en nutrientes químicos y sustancias tóxicas las cuales elevan la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO), uno de los indicadores de la contaminación de un cuerpo de agua.

El estado venezolano ha sido indolente con el Lago de Maracaibo, y no ha valorado los aportes tanto desde el punto de vista económico como histórico y cultural que el Zulia ha aportado a Venezuela, pero algunas ocasiones las acciones tomada por funcionarios del gobierno central, como parte del llamado centralismo caraqueño, han contribuido a la percepción de esta indolencia.

Me viene a la memoria casos particulares, que si no fueran por las consecuencias que tienen en la situación actual del lago de Maracaibo, no pasarían de ser anecdóticas.

Lo anteriormente mencionado nos dibuja un panorama nada alentador para el “plan especial”, si los funcionarios a los cuales se les ha asignado la responsabilidad de llevarlo a cabo no visualizan que no hay cabida para la improvisación y que es necesario pensarlo como un plan integral y no como una simple suma de acciones.

Debe ser concebido más allá de los proyectos tradicionales de descontaminación, los cuales son importantes, tales como la reactivación de las plantas de tratamiento existentes y construcción de nuevas, la recolección de la chatarra ferrosa y no ferrosa, la recolección y tratamiento de los desechos sólidos, entre otros.

Debe pensarse en un “Programa”, que no solo involucre los tradicionales “proyectos”  sino también involucrar a otros entes del estado que tengan que ver con los planes agrícolas, ordenamiento territorial, cadenas de suministros, organización comunitaria, gremios profesionales, institutos de educación, entre otros. Igualmente involucrar a la república de Colombia y poner en funcionamiento el “Plan de conservación y aprovechamiento integral de los recursos hidráulicos de la cuenca del rio Catatumbo”.

Es importante destacar que las inversiones necesarias para acometer este plan deben verse como “inversiones productivas” para lo cual debemos visualizar “aguas abajo” los beneficios tanto ambientales como monetarios. Un  ejemplo de este es la utilización de las aguas tratadas por los sistemas de tratamiento, como agua  de riego en las comunidades agrícolas alrededor de las mismas, disminuyendo la “presión” sobre los sistemas de suministro de agua potable. Estas comunidades agrícolas, en caso de no existir se deben incentivar su implantación y desarrollo. Otro ejemplo productivo es la chatarra ferrosa y no ferrosa que está dispersa a lo largo y ancho de la cuenca y cuyos precios internacionales rondan los 6$ por kilo por la ferrosa y 120$ en el caso de la no ferrosa.

Un ejemplo de que podemos rescatar el lago de Maracaibo, nos encontramos con el esfuerzo titánico que ejecutó el Reino Unido para el rescate del rio Támesis, luego que fue declarado en el año 1958 como “biológicamente muerto”, el mismo destino que le depara al lago de Maracaibo si no se toman las medidas apropiadas. Este esfuerzo no solo incluyo grandes inversiones financieras en el desarrollo de proyectos de infraestructura, sino también la formulación de nuevas leyes y la aplicación estricta de las ya existentes, que nuestro caso particular ya existen, solo falta la voluntad política de su ejecución sin pensar mucho en los riegos “políticos” que ello implique.

En la elaboración de este “plan especial”, reitero, deben participar especialistas de diversas disciplinas, no solo ambientalista y ecologista, especialistas en proyectos de infraestructura, desarrolladores comunitarios, internacionalistas, diplomáticos, comunas, entre otros.

Por último no dejare de mencionar el incluir en ese plan, los recursos necesarios para operar y mantener los diversos proyectos de infraestructura que son necesarios para la descontaminación del lago. La mayoría de las inversiones en los sistemas de tratamiento de desechos (solidos, industriales, aguas servidas) han terminado en fracaso por no prever presupuesto para su operación y mantenimiento, sin los cuales toda la inversión ejecutada no se convierte en bienestar para la comunidad.